El primer maestro

En esta oportunidad quería compartir con ustedes una de las mayores verdades que Dios ha dejado en su Palabra: La importancia de los padres como los primeros maestros de sus hijos, veamos que nos dicen estas citas:
"El hogar puede ser una escuela donde el carácter de los niños se modele a la semejanza de un palacio" (Manuscrito 136, 1898).
"Jesús recibió su educación en el hogar. Su madre fue su primer maestro humano. De los labios de ella, y de los escritos de los profetas, aprendió las cosas del cielo.  Vivió en un hogar de aldeanos y con fidelidad y buen ánimo llevó su parte de las cargas de la casa.  El que había sido el comandante del cielo, consintió en ser un siervo voluntario, un hijo amante y obediente.  Aprendió un oficio, y con sus propias manos trabajó en la carpintería con José." (El Ministerio de Curación, págs. 310, 311). 
"Los padres necesitan a cada paso una sabiduría más que humana a fin de comprender cómo educar mejor a sus hijos para una vida útil y feliz aquí, y para un servicio más elevado y un mayor gozo en el más allá." (Review and Herald, 13-9-1881).
"La educación de los niños constituye una parte importante del plan de Dios para demostrar el poder del cristianismo.  Una solemne responsabilidad reposa sobre los padres en el sentido de educar a sus hijos para que cuando salgan al mundo, hagan bien y no mal a aquellos con quienes se asocien" 
(Signs of the Times, 25-9-1901).



COMO EL PADRE, TAL EL HIJO
"Guarda, hijo mío, el mandamiento de tu padre, y no dejes la enseñanza de tu madre. (Prov. 6: 20).
Los hijos serán en gran medida lo que sean sus padres. 
Las condiciones físicas de éstos, sus disposiciones y apetitos, sus aptitudes intelectuales y morales, se reproducen, en mayor o menor grado en sus hijos.
Cuanto más nobles sean los propósitos que animen a los padres, cuanto más elevadas sus dotes intelectuales y morales, cuanto más desarrolladas sus facultades físicas, mejor será el equipo que para la vida den a sus hijos.
 Cultivando en sí mismos las mejores prendas, los padres influyen en la formación de la sociedad de mañana y en el ennoblecimiento de las futuras generaciones.
Los padres y las madres deben comprender su responsabilidad. El mundo está lleno de trampas para los jóvenes. . . No pueden discernir los peligros ocultos o el fin temible de la senda que a ellos les parece camino de la felicidad. . .
Deben preparar al niño desde antes de su nacimiento para predisponerlo a pelear con éxito las batallas contra el mal. . .
Esta responsabilidad recae principalmente sobre la madre, que con su sangre vital nutre al niño y forma su armazón física, le comunica también influencias intelectuales y espirituales que tienden a formar la inteligencia y el carácter. . .
Ana, la mujer que oraba, abnegada y movida por la inspiración celestial, dio a luz a Samuel, el niño instruido por el Cielo, el juez incorruptible, el fundador de las escuelas sagradas de Israel (El Ministerio de Curación, págs. 287, 288).
Ojalá cada madre pudiera comprender cuán grandes son sus deberes y sus responsabilidades, y cuán grande será la recompensa de su fidelidad. La influencia diaria de la madre sobre sus hijos los prepara para la vida o la muerte eternas. La madre ejerce en su hogar un poder más decisivo que el ministro en el púlpito, o el rey en su trono (SDA Bible Commentary, tomo 2, págs. 1008, 1009). Conflicto y valor página 140




PROPIEDAD DE DIOS
1 Sam. 1: 19-28.
Yo, pues, lo dedico también a Jehová. (1 Sam. 1: 28).
"De Silo, Ana regresó quedamente a su hogar en Ramataim, dejando al niño Samuel para que, bajo la instrucción del sumo sacerdote, se le educase en el servicio de la casa de Dios. Desde que el niño diera sus primeras muestras de inteligencia, la madre le había enseñado a amar y reverenciar a Dios, y a considerarse a sí mismo como del Señor. Por medio de todos los objetos familiares que le rodeaban, ella había tratado de dirigir sus pensamientos hacia el Creador. Cuando se separó de su hijo no cesó la solicitud de la madre fiel por el niño. Era el tema de las oraciones diarias de ella. Todos los años le hacía con sus propias manos un manto para su servicio; y cuando subía a Silo a adorar con su marido, entregaba al niño ese recordatorio de su amor. Mientras la madre tejía cada una de las fibras de la pequeña prenda rogaba a Dios que su hijo fuese puro, noble y leal. No pedía para él grandeza terrenal, sino que solicitaba fervorosamente que pudiese alcanzar la grandeza que el Cielo aprecia, que honrara a Dios y beneficiara a sus conciudadanos.

¡Cuán grande fue la recompensa de Ana! ¡Y cuánto alienta a ser fiel el ejemplo de ella!  A toda madre se le confían oportunidades de valor inestimable e intereses infinitamente valiosos. El humilde conjunto de deberes que las mujeres han llegado a considerar como una tarea tediosa debiera ser mirado como una obra noble y grandiosa. La madre tiene el privilegio de beneficiar al mundo por su influencia, y al hacerlo impartirá gozo a su propio corazón. A través de luces y sombras, puede trazar sendas rectas para los pies de sus hijos, que los llevarán a las gloriosas alturas celestiales. Pero sólo cuando ella procura seguir en su propia vida el camino de las enseñanzas de Cristo, puede la madre tener la esperanza de formar el carácter de sus niños de acuerdo con el modelo divino. El mundo rebosa de influencias corruptoras. Las modas y las costumbres ejercen sobre los jóvenes una influencia poderosa. Si la madre no cumple su deber de instruir, guiar y refrenar a sus hijos, éstos aceptarán naturalmente lo malo y se apartarán de lo bueno. Acudan todas las madres a menudo a su Salvador con la oración: "¿Qué orden se tendrá con el niño, y qué ha de hacer?" Cumpla ella las instrucciones que Dios dio en su Palabra, y le dará sabiduría a medida que la necesite" (Patriarcas y Profetas, págs. 617, 618)." Conflicto y valor página 139

¿Como guiaremos nuestros niñitos a Cristo?

Al ser el primer post en el blog me puse a pensar: ¿ a quién está destinado este segmento? y se me vinieron varias respuestas a la mente: a los niños, a los padres, porque no a los maestros,  a los tios, etc. y encontré un denominador común, mas específicamente  a los educadores, a aquellos que tienen  la oportunidad y el privilegio de moldear las mentes infantiles para el Salvador. Ahora...como puedo yo ser un buen educador?  Quiero comenzar compartiendo la siguiente cita con vos:
 

"Hermana, ¿le ha conferido Dios las responsabilidades de madre? (maestros- guias). Necesita aprender los métodos correctos y adquirir tacto para la educación de sus pequeños, para que permanezcan en el camino del Señor.  Necesita buscar constantemente la cultura más elevada de la mente y el alma, para poder encarar la educación y la preparación de sus hijos con un espíritu reposado y un corazón amante; para poder imbuirlos de aspiraciones puras, y cultivar en ellos un amor por las cosas honradas, puras y santas.  Como humilde hija de Dios, aprenda en la escuela de Cristo; busque constantemente mejorar sus facultades para que pueda realizar la obra más perfecta y cabal en el hogar, tanto por precepto como por ejemplo(Review and Herald, 15-9-1891).

Que solemne trabajo se nos encomienda en nuestras manos! No podemos tirarnos a la pileta sin antes preparar nuestro traje de baño. En otras palabras, no podemos querer educar a los niños sin antes procurar educar nuestra propia mente y comprender los mejores métodos de enseñanza. 

No hace falta que tengas a cargo una escuelita bíblica, sin ir más lejos, para aquellos que entre los miembros de su familia hay niñitos pequeños, empieza a crecer la responsabilidad y la necesidad de preparar esos momentos de dedicación al Señor. Tenemos que tener mucho cuidado como dirigimos  las mentes de los niños y jovencitos.

No es mi intención en esta oportunidad tocar los diferentes métodos de enseñanza, pero si instar a que como líderes espirituales que podemos ser de nuestros “hermanos más pequeños” a prepararnos, capacitarnos en la escuela de Cristo, para poder ejercer la mayor influencia posible hacia quienes estamos tratando de educar.

Personalmente me fascina el ministerio de los niños, por  lo que te voy a recomendar que leas el libro Conducción del niño (que podés descargarlo de la web www.lajusticiadecristo.com). Hay vas a poder encontrar los principios para poder manejarte en este apasionante camino. Y digo principios, porque muchas veces cometemos el error de querer establecer modelos y aplicarlos en los diferentes grupos, y a veces vemos que no funcionan, que fracasan, y desistimos, nos frustramos, y queremos tirar todo por la ventana. Los principios son normas que nos ayudan a orientarnos. Y como siempre digo: a veces los libros muestran muchas idealidades, pero lo cotidiano nos muestra las realidades.
Por eso te invito a que incursiones, te interiorices en cómo vas a administrar, de ahora en adelante, a esas gemas tan preciosas que el Señor puso en tus manos. Es una tarea fácil? Nunca dije eso, bienvenidos a la universidad de Dios. Pero vale la pena el esfuerzo, vale la pena ver cómo podemos guiar a los  niños  a los pies del Salvador, y como dijo el sabio Salomón “ y aun cuando fuere viejo no se apartará de él” . Nos soy yo quien te pone esa gran responsabilidad sobre tus hombros, sino el Señor… ¿Que vas  a hacer con ella?
Te invito a que sigas visitándonos semana a semana y así encontrarte con distintas reflexiones, recursos y consejos sobre este gran ministerio que muchos tienen en poco, y que es uno de los que más necesita atención especial por parte de los hijos de Dios. Una abrazo a la distancia deseando que la paz del cielo inunden tu vida y la de los que te rodean. Maranatha!!!!